EL MAINE: LA GRAN MENTIRA ESTADOUNIDENSE CONTRA ESPAÑA

La Guerra de la Independencia contra los franceses (1808-1814) provocó la desatención y destrucción de la armada española y relegó a España a la condición de potencia menor en el panorama europeo. 

Esto ocasionó, entre otras cosas, que fuese muy difícil sofocar las revueltas independentistas en Hispanoamérica y ocasionó la pérdida de España de la mayoría de sus territorios en América, que se constituyeron en múltiples estados independientes. 
Sin embargo, a finales del siglo XIX, España aún mantenía algunos vestigios de su ya decadente imperio, como, por ejemplo, Cuba, Puerto Rico y Filipinas. 

Hacia 1895, estalló una guerra en Cuba entre independentistas y el gobierno español que terminaría con la victoria de los insurgentes y la independencia de la provincia española de Cuba en 1898.
Sin embargo, lo que nos interesa en esta ocasión no es tanto la guerra entre criollos y gobierno sino el papel que jugó otro actor esencial en la contienda: Estados Unidos. 

Estados Unidos, a finales del siglo XIX, estaba emergiendo como potencia. Tenía apenas un siglo de existencia como país, pero ya disponía de un gran desarrollo económico, industrial y militar. En cambio España, como ya comentamos, era ya una potencia en declive. 

Los norteamericanos tenían intereses en la isla española de Cuba, pero no sólo. Desde principios-mediados de siglo habían propugnado la Doctrina Monroe, sintetizada en el lema "América para los americanos", oponiéndose a la presencia europea en el continente. 

Sin embargo, América era para los yanquis todo el continente, pero americanos era sinónimo de estadounidense. Tras sucesivos intentos frustrados de comprar la isla a Madrid, Estados Unidos planeó la invasión militar de la isla. Sólo faltaba el pretexto. 

Iniciadas las hostilidades en Cuba, el gobierno norteamericano del presidente McKinley decidió mover ficha. En enero de 1898, con la premisa de proteger a los estadounidenses residentes en Cuba, EEUU envió a La Habana el acorazado Maine. 
En realidad, la intención clave era intimidar a España para que cediese y entregase la isla. 

En febrero de 1898, ocurre la catástrofe: el Maine ha sido hundido. La prensa amarillista norteamericana, liderada por William Randolph Hearst, llevan a cabo una campaña mediática sin precedentes contra España, con el objetivo de poner a la opinión pública contra los españoles y presionar para que EEUU declare la guerra. 

A ello se sumó la propaganda que desde EEUU hicieron del conflicto, en la que se demonizaba a España y se la culpaba del hundimiento del acorazado. En este cartel, por ejemplo, se puede leer: «El bruto español añade la mutilación al asesinato»

España niega su autoría, pero ya importa poco. Estados Unidos interviene en la isla a favor de los independentistas con el objetivo de expulsar a España de Cuba y hacerse con el control geoestratégico del Caribe. Además, EEUU tenía interés por controlar el sector azucarero cubano. 

Es lo que se conoce como la guerra hispanoestadounidense. España cayó derrotada y firmó el tratado de París, por el que reconocía la independencia de Cuba, que pasaría poco después a ser ocupada militarmente por Estados Unidos. 
Además, vendía a los americanos Filipinas, Puerto Rico y Guam. 

Aquello fue para España lo que después se llamó Desastre del 98. Y el Maine es un ejemplo de cómo las potencias a veces ponen sus intereses geoestratégicos y su hegemonía como potencia regional o global por encima de la verdad. 

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