CUANDO MARX HABLÓ DE ESPAÑA
Crítico con la estructura socioeconómica de su época y el modelo de producción capitalista, prestó especial atención a los movimientos revolucionarios que sacudían Europa por aquel entonces. Y para analizarlos, puso los ojos sobre nuestro país.
Marx nunca estuvo en España. Estudió español y hacia 1854 podía leerlo, aunque le era difícil pronunciarlo. Desde ese año, y hasta 1857, mientras trabajaba en el New York Daily Tribune, escribió unos 27 artículos periodísticos sobre España. Le fascinaban los procesos revolucionarios que han tenido lugar en nuestro suelo a lo largo de nuestra historia, desde los Comuneros hasta la Vicalvarada.
Pero especialmente le atrae la reunión de las Cortes de Cádiz, de las que dice no hay precedente en la historia, y destaca como España, pese a que su Estado, en ese entonces la Monarquía, había caído bajo el poder de Napoleón, pudo expulsar al invasor gracias a su pueblo:
«El 24 de septiembre de 1810 se reunieron en la isla de León las Cortes extraordinarias; el 20 de febrero de 1811 se trasladaron a Cádiz; el 19 de marzo de 1812 promulgaron la nueva Constitución, y el 20 de septiembre de 1813, tres años después de su apertura, terminaron sus sesiones. […] Las circunstancias en que se reunió este Congreso no tienen precedente en la historia. Ninguna asamblea legislativa había reunido hasta entonces a miembros procedentes de partes tan diversas del orbe ni pretendido regir territorios tan vastos de Europa, América y Asia, con tal diversidad de razas y tal complejidad de intereses; casi toda España se hallaba ocupada a la sazón por los franceses, y el propio Congreso, aislado realmente de España por tropas enemigas y acorralado en una estrecha franja de tierra, tenía que legislar a la vista de un ejército que lo sitiaba. Desde la remota punta de la isla gaditana, las Cortes emprendieron la tarea de echar los cimientos de una nueva España, como habían hecho sus antepasados desde las montañas de Covadonga y Sobrarbe.»
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