LA AMISTAD ENTRE LORCA Y JOSÉ ANTONIO
El 18 de agosto de 1936 era fusilado Federico García Lorca en su Granada natal.
Se le acusó de «ser espía de los rusos, haber sido secretario del socialista Fernando de los Ríos y ser homosexual».
El biógrafo Ximenez de Sandoval señala en «José Antonio. Biografía apasionada» que Primo de Rivera y García Lorca podrían haber sido amigos, aunque no pudo ser.
Pese a esto, la realidad podría ser otra. Según Jesús Cotta, autor de la obra «Rosas de Plomo» en la que se trata este asunto, de los encuentros entre Lorca y el líder falangista estaban al tanto varios amigos del poeta.
Uno de ellos Pepín Bello, quien contó al respecto que «Todos los viernes cenaban juntos José Antonio y Federico, pues eran buenos amigos».
Otro conocedor de esta amistad habría sido el también poeta Gabriel Celaya. En «Poesía y verdad», donde narra su última conversación con Lorca, Celaya asegura que éste le confesó su amistad con José Antonio:
Se le acusó de «ser espía de los rusos, haber sido secretario del socialista Fernando de los Ríos y ser homosexual».
La realidad es que fue víctima de unas rencillas familiares que, aprovechando la coyuntura fanática y fratricida de la Guerra Civil, acabaron de la forma más triste y lamentable con, posiblemente, el poeta más destacado de la Generación del 27.
Pero en este oscuro período de nuestra historia no todo fue enemistad y odio. En tiempos de sinrazón como aquel también se cuenta heroísmo y nobleza, así como historias de admiración y respeto entre intelectuales. Uno de estos casos fue la supuesta amistad de Lorca y José Antonio, el jefe de Falange Española.
El biógrafo Ximenez de Sandoval señala en «José Antonio. Biografía apasionada» que Primo de Rivera y García Lorca podrían haber sido amigos, aunque no pudo ser.
Pese a esto, la realidad podría ser otra. Según Jesús Cotta, autor de la obra «Rosas de Plomo» en la que se trata este asunto, de los encuentros entre Lorca y el líder falangista estaban al tanto varios amigos del poeta.
Uno de ellos Pepín Bello, quien contó al respecto que «Todos los viernes cenaban juntos José Antonio y Federico, pues eran buenos amigos».
Otro conocedor de esta amistad habría sido el también poeta Gabriel Celaya. En «Poesía y verdad», donde narra su última conversación con Lorca, Celaya asegura que éste le confesó su amistad con José Antonio:
«José Antonio es un buen chico ¿Sabes que todos los viernes ceno con él? Solemos salir juntos en un taxi con las ventanillas bajadas, porque ni a él le conviene que le vean conmigo, ni a mí me conviene que me vean con él».
Y como conocedor de esta amistad no podía faltar el falangista Luis Rosales, que protegió a Lorca en su casa los primeros días de la Guerra Civil, quien se la confesó a Ian Gibson en una entrevista privada que el historiador grabó.
Y como conocedor de esta amistad no podía faltar el falangista Luis Rosales, que protegió a Lorca en su casa los primeros días de la Guerra Civil, quien se la confesó a Ian Gibson en una entrevista privada que el historiador grabó.
Lorca y José Antonio, víctimas de la Guerra Civil. Amigos en un tiempo en el que los hermanos se mataban.



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