EL ORIGEN DEL FASCISMO ESPAÑOL

La Europa de las décadas de 1920 y 1930 estuvo sacudida por una ideología nacionalista y totalitaria nacida en Italia: el fascismo. Su fundador, Benito Mussolini, conquistó el poder en Italia en 1922, y el fenómeno fascista se expandió paulatinamente al resto del continente.

Aunque con unos principios comunes, el fascismo adoptó una forma distinta dependiendo del lugar, surgiendo en cada país movimientos que ajustaron la doctrina de Mussolini a las características culturales autóctonas. Más allá de las fronteras italianas, el fascismo tuvo su mayor triunfo en Alemania, donde se dio el fenómeno nacionalsocialista que, dirigido por Hitler, incorporó elementos racistas y pangermánicos a la ideología fascista.

Que el fascismo surgiese con éxito en Italia y en Alemania no es casualidad. Esta ideología debe ser entendida en el contexto de la Europa de entreguerras (1918-1939), en la que estos dos países resultaron los grandes perdedores de la Primera Guerra Mundial.
Las ambiciones imperialistas y expansionistas de Italia, que terminó la Primera Guerra Mundial en el bando vencedor, se vieron frenadas tras alegar sus aliados que el aporte italiano no había sido gran cosa en proporción con los demás países de la Triple Entente.

Esto hizo que excombatientes, socialistas descontentos y nacionalistas radicales creasen el fascismo, que tuvo como precedente inmediato la conquista de Fiume (actual Rijeka, Croacia) por Gabriele D'Annunzio y que tomó el poder tras la Marcha sobre Roma de 1922.
En el caso alemán, el Tratado de Versalles, en el que los vencedores sentenciaron a Alemania como responsable absoluta de la Gran Guerra y desmilitarizaron el país germano, fue visto como una humillación por parte de la clase media alemana, creando un ambiente hostil y vengativo que terminaría mutando en el nazismo.

Sin embargo, se me permitirá que no me detenga en estos casos, y simplemente me refiera a ellos como hemos hecho, para entender, a grandes rasgos, por qué el fascismo tuvo su auge en esos años.
El fenómeno que nos interesa, ahora sí, es cómo esta ideología se manifestó en España.

Una de las principales características de los fascismos es que tuvieron sus mayores éxitos en los países descontentos con los resultados de la Primera Guerra Mundial. España sin embargo, no participó en la Gran Guerra. ¿Qué podría motivar el surgimiento del fascismo en nuestro país?

El socialista Luis Araquistáin afirmó sobre esto en 1934:
«En España no puede producirse un fascismo del tipo italiano o alemán. No existe un ejército desmovilizado como en Italia; ni millones de desempleados como en Alemania... No existe un Mussolini, ni tan siquiera un Hitler; no existen ambiciones imperialistas, ni sentimientos de revancha, ni problemas de expansión. ¿A partir de qué ingredientes podría obtenerse el fascismo español? No puedo imaginar la receta».

La receta, efectivamente, fue compleja. El fascismo es una ideología revolucionaria y laica, fundada por un tipo que provenía del socialismo. Además, el nacionalismo italiano que dio origen al nacimiento de Italia como estado-nación a finales del siglo XIX era romántico y liberal.
En España, sin embargo, las circunstancias del nacionalismo no eran esas. España como estado-nación surge también en el XIX, pero el proceso es bastante distinto al italiano o al alemán.

Sobre este tema también se podría hablar mucho, pero no nos conviene meternos en él si queremos ir al grano. Así que nos limitaremos a decir que, desde finales del siglo XIX y principios del XX, el nacionalismo español que se impuso fue el reaccionario.

Ni progresista, ni revolucionario. El nacionalismo español encontró la justificación de España en el ejército, la monarquía y, sobre todo, la religión católica. Buen español es aquel que es católico. Es lo que algunos intérpretes han llamado nacionalcatolicismo.
¿Cómo podría el totalitarismo fascista hacerse un hueco en España si el nacionalismo español era confesional y monárquico? Para no extendernos mucho, solo citaremos los Sindicatos Libres o la dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923-1930) como intentos heterodoxos de fascismo.
Por otro lado, en 1930 nace el Partido Nacionalista Español, fundado por José María Albiñana, que se dejó tentar por el fascismo y en algunos casos lo imitaba, pero no dejó nunca de ser un partido ultracatólico, monárquico y reaccionario.

Es con la proclamación de la Segunda República cuando en España nacen los primeros círculos y grupos fascistas. La primera manifestación formal del fascismo tiene lugar con el nacimiento del semanario la Conquista del Estado en 1931, fundado por Ramiro Ledesma.

A Ledesma lo acompañó en la fundación de la revista Ernesto Giménez Caballero, en quien muchos han querido ver el precursor y pionero del fascismo en España. Fue él quien sugirió el nombre para la publicación, tomado de La Conquista dello Stato de Curzio Malaparte.

También en 1931 nació otro grupúsculo fascista: las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica, fundadas por Onésimo Redondo, vinculado al Sindicato de Cultivadores de Remolacha de Castilla. Ramiro y Onésimo unificaron sus grupos, creando las JONS a finales de ese mismo año.
El nuevo grupo, minoritario y marginal, utilizó el apelativo de "nacionalsindicalista", inspiración de Ledesma, y el lema «España, una, grande y libre» de Redondo. A su vez, adoptó la bandera roja y negra sindical y el yugo y las flechas de los Reyes Católicos, por inspiración de Juan Aparicio.

A pesar de todo, el fascismo español, que nunca llegó a salir de la irrelevancia política, cogió algo de impulso en 1933 con la fundación del semanario El Fascio, dirigido por Manuel Delgado Barreto, director del diario La Nación, que había estado al servicio de la dictadura de Primo de Rivera.
En la nueva publicación colaboraron personajes como Giménez Caballero o Ramiro Ledesma, así como un hombre que estaría destinado a convertirse en el principal líder fascista de España: José Antonio Primo de Rivera, hijo del dictador.

José Antonio fundó en julio de 1933 el Movimiento Español Sindicalista (MES) junto a Raimundo Fernández Cuesta, Rafael Sánchez Mazas, el marqués de la Eliseda y Julio Ruiz de Alda. El MES publicó un manifiesto con el subtítulo «Fascismo Español».
En octubre de 1933, tras viajar Primo de Rivera a Italia y entrevistarse con Mussolini, tuvo lugar la presentación del MES en el Teatro de la Comedia de Madrid. Cuatro días después, el MES cambió su nombre a Falange Española.

José Antonio buscó deshacerse del apelativo de fascista, y eligió Falange Española, cuyas iniciales coinciden con Fascismo Español, en referencia a la antigua falange macedonia. Sin embargo, a la izquierda no le preocupó en exceso el nacimiento del nuevo partido, pues su principal preocupación era la CEDA.

Falange Española nació como un partido de inspiración fascista pero con caracteres propios de lo que sus integrantes consideraban el ser español, incorporando el catolicismo a su ideario. Adoptó la estética y el saludo fascista y se propuso establecer en España un estado nacionalsindicalista.

El mayor éxito que logró Falange fue que su líder José Antonio consiguiese un escaño en las elecciones de noviembre de 1933.  Lo hizo presentándose en una lista de coalición de derechas de Cádiz, y aunque no fuese bajo las siglas de FE, supuso el mayor éxito electoral del falangismo.
Las JONS de Ledesma, viéndose superadas por el carismático José Antonio, optaron por unificarse con Falange en febrero de 1934, creándose Falange Española de las JONS, dirigida por un triunvirato formado por Primo de Rivera, Ledesma y Ruiz de Alda.
Sin embargo, las diferencias no tardarían en llegar. En 1935, José Antonio y Ramiro rompen. Fueron varias las diferencias entre ambos dirigentes, pero a mi juicio la más determinante fue la estratégica.
Sería interesante ahondar en las diferencias ideológicas y estratégicas de los dos principales líderes del fascismo español, pero sería demasiado largo y tedioso para nuestro lector hacerlo en este hilo, y correríamos el riesgo de que se perdiese con mis idas y venidas.

De modo que creo conveniente terminar aquí el hilo sobre el origen del fascismo español, con la división de FE de las JONS. Tal vez porque a partir de aquí la materia correspondería a otro hilo, sobre el ocaso del fascismo en España y cómo terminó absorbido y adulterado.

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