LA CONSPIRACIÓN DE FERNANDO VII CONTRA SUS PADRES

Fernando VII ha pasado a la historia por diferentes motivos. Deseado para unos, felón para otros. Ambas, quizá. Felicitaba a Napoleón por sus victorias en España, restableció el absolutismo, y conspiró contra la Constitución, contra sus leales e, incluso, contra sus padres.

Esto último es lo que nos ocupa en esta ocasión. Hacia 1807, reinaban en España Carlos IV y su esposa María Luisa, ayudados en todo momento por Manuel Godoy, favorito de los reyes y la persona más influyente, sin duda, de la España de comienzos del siglo XIX.

Para ese entonces, Godoy había sido nombrado duque de la Alcudia, Grande de España, caballero del Toisón de Oro, Príncipe de la Paz, gran almirante y presidente del Consejo de Estado. A su vez, Carlos IV le concedió un título nunca antes otorgado en España: Generalísimo.
A principios de 1807, Fernando, receloso del inmenso poder de Godoy, empezó a tramar a escondidas un complot con la intención de provocar la caída del Generalísimo. Es lo que se conoce como la conspiración de El Escorial.

Aunque finalmente murió en 1819 en el exilio, en 1807 se creía que Carlos IV moriría pronto. El monarca estaba aquejado de una enfermedad, y Fernando temía que, a la muerte del rey, se nombrase regente a Godoy, privándole de su ascenso al trono.
Así nació el llamado partido fernandino, compuesto de descontentos con Godoy, como Escoiquiz o el duque del Infantado, que ayudaron a Fernando a tramar la conjura y buscaron ganarse el favor de Napoleón, con el objetivo de tener el apoyo del hombre más poderoso de Europa.

Sin embargo, el complot de El Escorial fracasó. El 27 de octubre de 1807, un misterioso papel llegó al escritorio de Carlos IV. El autor de la misiva, desconocido, afirmaba que Fernando tramaba una conspiración en la que la reina María Luisa corría el riesgo de ser envenenada.
Temiendo el golpe, Carlos IV ordenó el registro de las habitaciones de los sospechosos y del propio príncipe, en la que se encontró un cuadernillo de doce hojas escrito por Fernando.
En este cuaderno, el príncipe criticaba a a su madre la reina María Luisa y a Godoy, y se destapaba la conjura. Además, encontraron numerosas cartas de Escoiquiz y del propio Fernando en la que se ponían bajo el amparo de Napoleón contra la monarquía española.
Tras ser descubiertos, Fernando y veintidós personas implicadas fueron detenidas. El Príncipe de Asturias pidió perdón de forma humillante y delató a todos los que le habían ayudado, y recibió menos castigo que otros conspiradores simpatizantes de su causa.

Tras esto, Fernando no cesó en sus actividades conspiradoras, y apenas 5 meses después estuvo detrás del Motín de Aranjuez que produjo la caída de Godoy y la abdicación de Carlos IV, convirtiéndose en rey de España como Fernando VII. Pero esa, queridos amigos, es otra historia...

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