LA VERDAD SOBRE CEUTA Y MELILLA: ¿ESPAÑOLAS O MARROQUÍES?

Para comprender por qué Ceuta es española debemos remontarnos al siglo XV, en plena Reconquista. En 1415, Portugal conquista Ceuta a los benimerines, dinastía islámica que entonces se extendía en el norte de África.

La conquista de Ceuta estuvo motivada por la importancia estratégica de la plaza en el Mediterráneo, y desde entonces pasó a formar parte de Portugal. En 1580, Felipe II de España hereda la Corona portuguesa, incluyendo, por supuesto, Ceuta.


Tras 60 años de reinado de los Habsburgo españoles en Portugal, en 1640 la nobleza portuguesa se subleva en favor del pretendiente Juan IV, que se proclamó legítimo heredero al trono de Portugal. La mayoría de ciudades se pusieron del lado de Juan IV, pero no fue el caso de Ceuta.

Ceuta permaneció leal a la Corona Española, y quiso seguir integrada en la Monarquía de los Habsburgo. De modo que tras la separación de Portugal, Ceuta se mantuvo bajo poder castellano.
El caso de Melilla es aún más simple. Fue conquistada por Castilla en 1497, integrándose posteriormente en la Monarquía Hispánica y después en el reino de España hasta la actualidad.

Pero cuando hablamos de integración, lo hacemos con toda propiedad. Tanto Melilla, española desde 1497, como Ceuta desde finales del siglo XVI, son ciudades autónomas cuyos habitantes son jurídicamente iguales a los españoles peninsulares, teniendo los mismos derechos y deberes.
Erróneamente se asocia a Ceuta y Melilla a veces con el protectorado de Marruecos que España tuvo en el norte de África en el siglo XX. En realidad, Ceuta y Melilla jamás pertenecieron al protectorado, manteniendo su estatus de ciudades autónomas plenamente españolas.

Entonces, ¿puede Marruecos afirmar que Ceuta y Melilla son legítimamente suyas? Lo cierto es que a ojos de la historia, no. Ceuta y Melilla pertenecían a la Monarquía Hispánica, que en la Península terminará constituyendo el estado-nación español, desde siglos antes de la constitución política de Marruecos.

Otro tópico recurrente en el que se cae a veces es equiparar el caso de Ceuta y Melilla con la situación de Gibraltar. Lo cierto es que poco o nada tiene que ver una situación con la otra:

Ya hemos visto que Ceuta y Melilla no son colonias y por qué. Al contrario que Gibraltar, que fue registrado por la ONU en 1946 como territorio "no autónomo" a descolonizar, siendo los gibraltareños jurídicamente desiguales respecto a los británicos.

El nacionalismo tiende a buscar las naciones en el pasado más remoto, mezclando en ocasiones el mito y la historia para justificar el estado-nación que defiende. Tal vez otro día hablemos del caso español.
Pero el caso marroquí es claro. Presentar a los benimerines o a Barghawata como el Marruecos político actual es inexacto, pero sirve para justificar una expansión política en el presente.
Los que temen por Cataluña o el País Vasco quizá deban mirar también hacia el sur.

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