LOS TERCIOS ESPAÑOLES, EL EJÉRCITO MÁS TEMIDO DE EUROPA

Los tercios eran regimientos de soldados voluntarios que combatieron en los campos de batalla europeos al servicio de la Monarquía Hispánica durante los siglos XVI y XVII. La ingeniosa táctica militar de los regimientos hizo de ellos el ejército más temido de Europa.

No todos los soldados de los tercios eran españoles, pues estaban compuestos de combatientes provenientes de los distintos lugares que componían la monarquía Habsburgo. Algunos se alistaban buscando reconocimiento, otros por necesidad de llevarse un pan a la boca.
El origen de los tercios está en tiempos de la toma de Granada y en las guerras italianas (1494-1559), donde Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, reorganizó las tácticas de guerra y estructuras de los incipientes tercios, incorporando las armas de fuego.

Sobre el origen de la denominación de tercios a los regimientos de soldados existen diversas teorías. Una afirma que se debe a que el número de guarniciones que en un principio conformaban los Tercios Españoles eran tres: Nápoles, Sicilia y Lombardía.
Otra teoría afirma que el nombre se debe a las tres armas básicas que utilizaban los Tercios: la pica, el arcabuz y la espada con rodela. También se cree que la denominación de Tercios pueda deberse al número de soldados por el que estaban conformados: 3.000.

Durante los reinados de Carlos I y Felipe II, los tercios dominaron de forma clara los campos de batalla europeos, con victorias de gran relevancia como Pavía, Mühlberg, Gravelinas, San Quintín o Gembloux, derrotando a los ejércitos de las potencias europeas enemigas.
En los tercios, además, combatieron personajes ilustres de la historia de España, no solo en el campo militar, como Juan de Austria, el Duque de Alba, Alejandro Farnesio o Ambrosio Spínola, sino también en el literario, como Calderón de la Barca o Lope de Vega.

Para algunos historiadores, el declive de los tercios, al contrario de lo que otros compañeros afirman, no comenzó tras la derrota española en Rocroi (1643), ya que los tercios continuaron ganando batallas como, por ejemplo, la de Tuttlingen al año siguiente.
Serían la Paz de Westfalia (1648) y la derrota española en las Dunas (1658) las que habrían supuesto el inicio del declive de los tercios. La propaganda francesa hizo el resto.
Para el recuerdo unos tercios de infantería y unos soldados que dieron gloria a España y a su rey, y que pervivirán por siempre en las páginas más gloriosas de la historia de España.

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