CUANDO ESPAÑA Y ALEMANIA DOMINARON EL MUNDO

 

A principios y mediados del siglo XVI, Carlos de Habsburgo fue el hombre más poderoso de Europa y del mundo. Hijo de Juana de Castilla y Felipe el Hermoso y por tanto nieto de los Reyes Católicos, heredó por parte de su madre las Coronas de Castilla y Aragón. Por vía paterna, Carlos heredó, como nieto del emperador Maximiliano I de Habsburgo y de María de Borgoña, el patrimonio borgoñón y el Archiducado de Austria con derecho al trono imperial del Sacro Imperio Romano Germánico.

En 1515, tras ser declarada su mayoría de edad por su abuelo el emperador Maximiano, Carlos es nombrado por los Estados Generales Señor de los Países Bajos. La asunción del resto de títulos se produjo de forma escalonada a medida que sus predecesores fallecían. 

En relación a los títulos españoles, la configuración territorial de la Península en 1500 (año de nacimiento de Carlos de Habsburgo) era compleja. Isabel era reina de Castilla y Fernando rey de Aragón, y por su matrimonio cada uno era monarca consorte de la Corona del otro. 

La muerte de Isabel la Católica en 1504 desencadenó una serie de problemas en relación a la sucesión al trono de Castilla entre los que se incluyen el fallecimiento de Felipe el Hermoso en 1506 que dio paso a la regencia del Cardenal Cisneros o el matrimonio de Fernando el Católico con Germana de Foix que hizo peligrar la unidad de las Coronas españolas. Finalmente, en 1516, tras la muerte de Fernando el Católico y la declarada incapacidad de Juana para reinar, Carlos de Habsburgo se convirtió en Carlos I de España. 

El nuevo monarca partió hacia España un año más tarde, en 1517, desembarcando en el puerto asturiano de Tazones tras un error en el rumbo provocado por una fuerte tormenta, pues pretendía llegar a Santander. 

La Corona de Castilla incluía, además de los reinos propiamente castellanos y leoneses peninsulares, el reino de Navarra y las Indias Occidentales, y la Corona de Aragón incluía, además del Principado de Cataluña y los reinos de Valencia y Mallorca, los reinos italianos de Nápoles, Sicilia y Cerdeña. 

En 1519, tras la muerte de su abuelo el emperador Maximiliano, Carlos I de España fue elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, convirtiéndose en el hombre más poderoso de su tiempo y creando un bloque hispanogermánico en Europa que no tardaría en ganarse enemigos. 

Por un lado, Carlos tuvo que hacer frente a la reforma protestante de Lutero y sus consecuencias político-religiosas. Por otro, a la Francia de Francisco I, que veía a la Monarquía Habsburgo como una peligrosísima amenaza dada la gran cantidad de territorios que poseía, y al Imperio Otomano de Solimán el Magnífico. 

El hijo de Carlos I, Felipe II, no heredaría las posesiones germánicas que pertenecían a su padre como emperador, poniendo fin a la soberanía única sobre las Españas y las Alemanias. Quien heredaría el título de emperador sería el hermano de Carlos, por cierto, Fernando de Habsburgo, nacido en Alcalá de Henares.