EL ASESINATO DE RAMIRO LEDESMA RAMOS
Ramiro Ledesma Ramos, director del semanario La Conquista del Estado y fundador de las JONS en 1931, unificó su grupo de inspiración fascista a la Falange de José Antonio Primo de Rivera en marzo de 1934, creándose Falange Española de las JONS. Si bien la dirección política de FEJONS corría a cargo de un triunvirato formado por Ramiro, Ruiz de Alda y José Antonio, fue este último quien se impuso poco a poco como jefe único, pues su apellido, su relación con los financiadores monárquicos y su acta de diputado le avalaban
Ledesma, viendo que el núcleo jonsista perdía influencia en el partido y que se anulaba la estructura triunviral de mando en favor de José Antonio, acordó con veteranos de las JONS su salida de Falange, siendo expulsados por Primo de Rivera al enterarse.
Ramiro Ledesma trató de levantar de nuevo las JONS, pero en España no había sitio para dos partidos de inspiración fascista, y si bien logró lanzar el semanario La Patria Libre y una revista denominada Nuestra Revolución, sus planes no prosperaron.
En ese tiempo escribió Ramiro Ledesma Ramos sus dos obras más reconocidas: Discurso a las Juventudes de España y ¿Fascismo en España?, este último con el seudónimo de Roberto Lanzas. En julio de 1936, tras el estallido de la Guerra Civil, sería detenido por los republicanos.
El fundador de las JONS permaneció en la prisión de las Ventas varios meses, hasta que finalmente, el 29 de octubre de 1936, fue víctima de una saca de presos, siendo fusilado en las tapias del cementerio de Aravaca junto con otros 31 presos, entre los que se encontraba el célebre Ramiro de Maeztu.
Si bien esta es la versión más reconocida, existen otras acerca del momento y forma del asesinato de Ramiro Ledesma. Otra versión afirma que el político nacionalsindicalista fue asesinado de un tiro a bocajarro tras resistirse a ser sacado de la prisión.
A mí me matareis donde yo quiera y no donde vosotros queráis. Con esas palabras se habría enfrentado Ramiro Ledesma a sus verdugos milicianos, quienes le dispararon quedando muerto en el acto.
Otros autores como Juan Pflüger afirman que la fecha del asesinato de Ledesma no se corresponde con el 29 de octubre, sino que ésta tuvo lugar el 21 de noviembre, cuando un grupo de anarquistas, tras defenderse Ramiro de ellos, le cosió a puñaladas acabando con su vida de forma brutal.
Su figura no fue reivindicada por el franquismo, que veía en Ramiro Ledesma un personaje demasiado heterodoxo en cuestiones relevantes para el régimen como el catolicismo y demasiado revolucionario respecto a, por ejemplo, la monarquía.
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