EL VIAJE DE SAN PABLO DE TARSO A HISPANIA

 

San Pablo de Tarso es, junto al propio Jesús de Nazaret, la figura más importante del cristianismo en toda su historia. Sus viajes en el siglo I predicando la doctrina cristiana y organizando iglesias fueron fundamentales para la expansión del cristianismo en el Imperio Romano.

Uno de los viajes del llamado Apóstol de los Gentiles fue a la península ibérica, considerándose a San Pablo, desde el punto de vista puramente canónico, como el más que posible introductor del cristianismo en España.
Las referencias a este viaje las da el propio Pablo de Tarso en su Epístola a los Romanos, escrita en Corinto camino de Jerusalén en el año 58. En esta carta dice a los cristianos de Roma que su intención es ir a España acompañado por ellos:

"Ahora, no teniendo ya campo de acción en estas regiones y deseando vivamente desde hace muchos años ir donde vosotros, cuando me dirija a España espero veros al pasar (...) Así que una vez terminado este asunto y entregado oficialmente el fruto de la colecta, partiré para España pasando por vosotros". 

Sin embargo, los deseos de San Pablo de partir hacia España con sus discípulos se vio frustrada por su detención al llegar a Jerusalén por parte de las autoridades romanas, ya que los judíos lo querían matar, pasando dos años detenido en Cesarea, donde residía el gobernador de Judea.
En la primavera del año 61, Pablo llego a Roma, donde pasó dos años preso. Quedó en libertad en el año 63 y en los siguientes años continuó con sus actividades misioneras, cumpliendo su deseado viaje a España, donde se reunió con los judíos locales para darles testimonio de Cristo. 

Su primera parada habría sido Tarragona, ciudad cuya patrona a día de hoy, por cierto, es Santa Tecla, seguidora de Pablo. Al Apóstol de los Gentiles lo habría acompañado Clemente Romano, quien en una carta escrita décadas después habla sobre el viaje con San Pablo.
Clemente Romano habría sido el traductor de Pablo, que no conocía el latín que se hablaba en el Occidente del Imperio, durante esos aproximadamente dos años que duró la estancia en España, donde el apóstol se reunió con los dirigentes de las sinagogas de la zona de Cádiz.

Concluida su labor evangelizadora en la Península Ibérica, para la que había seguido el procedimiento empleado en sus viajes por Asia Menor, San Pablo volvió a Oriente. Si bien el viaje, más allá de la Epístola a los Romanos, no es mencionado en ningún texto canónico, sí es citado por bastantes de los primeros autores cristianos, como el ya mencionado Clemente Romano, que sería cuarto papa de la Iglesia Católica, en su carta a los Corintios a la que hemos hecho referencia, o San Cirilo de Jerusalén, San Epifanio o San Juan Crisóstomo. 
También se registran menciones a la estancia hispana de San Pablo en textos apocrifos más tardíos, como en los Hechos de Pedro. Según la tradición de los Padres, San Pablo de Tarso murió en Roma bajo el gobierno de Nerón por decapitación, en torno al año 67.


Comentarios

Entradas populares de este blog

EL BLOQUE NACIONAL: CATOLICISMO Y MONARQUÍA CONTRA EL FRENTE POPULAR

EL ÁGUILA DE SAN JUAN, ORIGEN DE UN SÍMBOLO POLÉMICO

EL MAINE: LA GRAN MENTIRA ESTADOUNIDENSE CONTRA ESPAÑA