LA MISTERIOSA MUERTE DEL HIJO DE FELIPE II DE ESPAÑA

Carlos de Austria fue el hijo primogénito del rey Felipe II de España y de su primera esposa, la infanta María Manuela de Portugal. La muerte de su madre 4 días después de su nacimiento y la frecuente ausencia de su padre hicieron que Carlos fuese criado por sus tías y familiares cercanos.

El carácter de Carlos fue siempre extraño y sádico. El príncipe era aficionado a torturar a personas y animales, lo cual le divertía mucho. Su macabro gusto le llevó a quemar a una liebre viva, cegar unos caballos e incluso a mandar azotar a una mujer por simple entretenimiento.
Sin embargo, no era, como alguna vez se ha dicho, un tipo de poca formación. Estudió en la Universidad de Alcalá de Henares junto a Juan de Austria o Alejandro Farnesio, y era un apasionado de la cultura, las letras y los libros, entre cuales destacaban los de historia de España y Portugal.

Carlos de Austria sufrió en 1562 un grave accidente tras caerse por las escaleras y golpearse la cabeza, llegando a temerse por su vida. Gracias a una operación el príncipe de Asturias sobrevivió, pero tras el accidente se acrecentaron su crueldad y sus excentricidades.
La mala salud de Carlos, cuyo desarrollo físico era deficiente y que padecía numerosas fiebres, le provocó un desarrollo anómalo de la columna vertebral y las piernas, de modo que no podía caminar erguido y cojeaba.

El rey Felipe II nombró a Carlos miembro del Consejo de Aragón y Consejo de Castilla en 1564, pero el príncipe de Asturias ambicionaba mucho más y empezó a envidiar y detestar a su padre, del que se burlaba y al que ansiaba arrebatar poder. 
El príncipe quería ser gobernador de Países Bajos, pero la inestabilidad en la región y sus excesos le fueron mermando poco a poco sus posibilidades. Carlos llegó a tratar de apuñalar al Duque de Alba por haber sido este elegido en su lugar para regir las provincias neerlandesas.

Carlos de Austria trató de ir a los Países Bajos solicitando ayuda a Juan de Austria, aunque el medio hermano del rey se negó, lo que desencadenó un episodio violento en el que el príncipe de Asturias se avalanzó contra él. Juan de Austria informaría al rey Felipe II.
Este episodio hizo que el monarca del imperio donde nunca se ponía el sol tomase la decisión de encerrar a su heredero, con la intención de que dejase de ocasionar problemas. Carlos apenas tendría comunicación con el exterior. 

El príncipe amenazó con la huelga de hambre, lo cual junto a su pronunciada debilidad física le acabaría ocasionando la muerte. O al menos eso dice el relato oficial. La negativa de Felipe II a dar información acerca de las causas del encierro de su hijo dieron lugar a especulaciones de todo tipo.
Los enemigos de la Monarquía Española difundieron la teoría de que el rey Felipe II había envenenado a su hijo, pero eso es, como decimos, una teoría. Hipótesis la del asesinato que venía muy bien como propaganda a los interesados en difamar al rey prudente. 

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