LOS PERSAS Y EL RETORNO DE FERNANDO VII
Tras la derrota en la batalla de Arapiles y la retirada de las tropas napoleónicas de España en 1814, Bonaparte firma el Tratado de Valencay por el que autoriza que Fernando VII regrese a España procedente de Francia, donde había permanecido prisionero los 6 años de guerra.
El regreso del rey era deseado por quienes habían combatido en su nombre durante la Guerra de la Independencia con el objetivo de expulsar a Napoleón de la península. Los liberales, mayoritarios en las Cortes de Cádiz, esperaban que el monarca acatase la Constitución de 1812.
Sin embargo, la mayor parte de España era contraria al liberalismo de Cádiz y abogaba por la restauración de la monarquía tradicional en la persona de Fernando VII, motivo por el cual 69 diputados realistas firmaron un manifiesto por el cual convidaban al rey a derogar la constitución.
Tras la entrada de Fernando VII en Valencia, los realistas le presentan al monarca el Manifiesto de los Persas, llamado así por la comparación que hacen sus firmantes de los años de ausencia del rey con los cinco días de anarquía que sucedían a la muerte de un rey en la Antigua Persia.
Los llamados persas españoles pedían al rey la celebración de unas Cortes especiales legítimamente congregadas, en libertad, y con arreglo en todo a las antiguas leyes, que serían la verdadera y la antigua Constitución Española, que la de Cádiz habría socavado con su liberalismo.
El documento sirvió de base al rey para el llamado Decreto de Valencia de 4 de mayo siguiente, que proclamó la restauración absolutista y el retorno al Antiguo Régimen. Fernando VII regresaba a España poniendo fin al incipiente régimen liberal y dando comienzo al sexenio absolutista.
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