ALHUCEMAS: LA GRAN GESTA MILITAR QUE SALVÓ EL ÁFRICA ESPAÑOLA

Tras la derrota española en 1921 en el conocido como Desastre de Annual, se desató en España una grave crisis política. Los muertos en la Guerra del Rif se contaban por miles, y la opinión pública se dividía entre los partidarios de abandonar el protectorado en África y los que abogaban por reanudar las operaciones militares. La creciente inestabilidad desembocó en 1923 en el golpe de estado de Miguel Primo de Rivera, un general inicialmente partidario de que España se retirase de África, pero que variará de posición tras su llegada al poder.

Y es que en 1924 el líder rifeño Abd el-Krim ataca, de nuevo, territorio del protectorado español, pasando el dictador de España a ser un firme defensor de la recuperación de las posesiones perdidas en el continente africano, garantizando la derrota total de las fuerzas rifeñas. 

Al año siguiente, hablamos de 1925, Abd el Krim ataca posesiones francesas en el norte de África. Esta ofensiva rifeña contra los franceses propició que España y Francia iniciasen conversaciones para un entendimiento que permitiese hacer un frente común contra los insurgentes.

Para ello, tuvo lugar en junio la Conferencia de Madrid, en la que se acordó efectuar un desembarco español en la bahía de Alhucemas, con la cooperación y apoyo de Francia. Por tierra, todas las operaciones españolas por recuperar Alhucemas habían fracasado desde el Desastre de Annual. 

El desembarco se fijó que lo llevaran a cabo unos 18.000 hombres, aunque finalmente desembarcaron unos 13.000, en lo que constituyó la primera acción anfibia en la que participaba España en la era moderna. 

El desembarco franco-español fue un éxito, y logró poner fin al problema de Marruecos desde el punto de vista militar. Miguel Primo de Rivera, que había sido comandante en jefe de la operación, se cubrió de gloria y legitimidad de cara a una opinión pública harta de la cuestión africana.

Al mando de las fuerzas que desembarcaron estuvo el general Sanjurjo, y entre los participantes estaba el entonces coronel Francisco Franco, quien por su actuación al frente de las tropas de la Legión fue ascendido a general de brigada.